Partiendo por la idea que soy lo que se llama, una persona poco Romántica, o quizás muy muy romántica tanto así, que creo en el Amor. Más allá como en el tu y yo… sino que en el amor ese que se interpreta como un sentimiento, relacionado con el afecto y el apego, y por lo tanto un resultante y productor de una serie de emociones, experiencias y actitudes… Por lo que nuestra sociedad hay una forma de ver las cosas, que están bien vistas y otras que están mal, y si una mujer no ve el AMOR como ese ROMANTIC… está Mal… pero que importa, no soy alguien típico, mas bien me encanta ser ATIPICA!
Hablar de Amor es una cuestión de física y de química. Una gran verdad, aunque a algunos les molesten un poco, que grande es esto del amor dicen, pero obviamente, para unos más que para otros, pero en eso tan complicado que es la relación de pareja, definiéndola o colocando el titulo que sea, y el nivel de compromiso que les apetezca.
Todas estas cosas del Amor, simplemente son un buen reparto de una obra de teatro, 2 en el escenario. El Amante y el Amado. No se eligen. Simplemente se es. Como en la funciones del colegio. Eras quien te tocaba, por mi parte siempre hacia de mala, pero por mi personalidad extrovertida y no tener susto actuar frente a la muchedumbre, pero si me hubiera gustado se otros papeles, como ser la niña buena del cuento. Y en esto del Amor pasa lo mismo!
Unos quieren y otros se dejan querer. Unos aman y otros son amados. Puede que si tienes suerte desempeñes los dos papeles en un singular equilibrio, pero por lo que observo y he vivido te sentirás mejor en la piel de uno de los dos y en cualquier caso es muy difícil que te metas en ambos con la misma intensidad.
Lo gracioso es que conozco parejas que con este reparto de roles funcionan a la perfección. El Amado está encantado de serlo y el Amante se entrega a su función con devoción. Tanto uno como otro conocen su condición y sn FELICES, o aparentemente felices?
Lo fácil es dejarse querer. Porque lo de querer al otro siempre supone un mayor esfuerzo, y es mucho más arriesgado. Hay mucho más que perder. Y lo primero es relativamente fácil. Aunque a la larga el amado puede cansarse de ser pasivo y buscar otro teatro en el que hacer de amante. Y lo mismo puede ocurrirle a este último, hastiado de poner energía en algo que no le compensa y le vuelve vulnerable. También hay casos excepcionales de amantes amados y de amados amantes en perfecta simbiosis, pero son los menos. Sin duda mis favoritos.
